miércoles, 12 de noviembre de 2014
NARCOTRÁFICO, CORRUPCIÓN Y CONSECUENCIAS
Por Fernando Rodríguez Céspedes
El daño que ocasionan la corrupción administrativa y el narcotráfico al país, son similares por el efecto devastador que provocan a la sociedad y población en sentido general no solo en el aspecto económico sino también en el aspecto moral.
La corrupción oficial, desvía miles de millones de pesos a los bolsillos de unos cuantos, en detrimento de los sectores más necesitados del pueblo y de las finanzas públicas, privándola de fondos que pudieran ir a paliar las ancestrales deficiencias del Estado.
El narcotráfico, además de la secuela de destrucción, daños físicos y mentales que ocasiona a la juventud y a la familia, está destruyendo la sociedad y convirtiéndose en el paradigma a seguir por quienes carecen de oportunidad de ascenso social y material.
La proliferación de estos males, se debe a la impunidad con que se protegen los delincuentes en base a la política, sobornos, dádivas e intimidación, penetrando y comprometiendo a los mayores estamentos del poder político, social y militar del país.
Hacen favores, donan dinero y hasta resuelven problemas comunitarios comprando lealtades y buscando aprobación social en un medio donde la persona vale por lo que tiene y puede dar, en detrimento de los valores morales que debieran prevalecer.
El sistema judicial supuesto a combatirlos, es débil, mal pagado y sus miembros, generalmente, designados por razones políticas, y cuando alguien, asqueado de esta vergonzosa situación se atreve a enfrentarla, recibe amenazas, chantajes e insultos.
Surgen los cuestionamientos a prácticas, que si bien no son legales, son parte del diario vivir en la política criolla donde se usan los cargos para promocionarse políticamente y para ilustrar, basta citar, a Temístocles Montás y a Francisco Javier García, altos funcionarios en campaña con fondos del Estado.
Pero ellos no son cuestionados ni por prestantes y rabiosos juristas, defensores de convictos narcotraficantes, ni por los privilegiados miembros del Congreso Nacional quienes viven sirviéndose de los fondos públicos para hacer campaña proselitista.
Y todo, porque no han osado cuestionar la fortuna descomunal y meteórica de ninguno de los sospechosos de corrupción administrativa que dirigen el partido en el poder como sucede con el caso del sometimiento por corrupción y lavado del senador Félix Bautista por el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito.
El daño que ocasionan la corrupción administrativa y el narcotráfico al país, son similares por el efecto devastador que provocan a la sociedad y población en sentido general no solo en el aspecto económico sino también en el aspecto moral.
La corrupción oficial, desvía miles de millones de pesos a los bolsillos de unos cuantos, en detrimento de los sectores más necesitados del pueblo y de las finanzas públicas, privándola de fondos que pudieran ir a paliar las ancestrales deficiencias del Estado.
El narcotráfico, además de la secuela de destrucción, daños físicos y mentales que ocasiona a la juventud y a la familia, está destruyendo la sociedad y convirtiéndose en el paradigma a seguir por quienes carecen de oportunidad de ascenso social y material.
La proliferación de estos males, se debe a la impunidad con que se protegen los delincuentes en base a la política, sobornos, dádivas e intimidación, penetrando y comprometiendo a los mayores estamentos del poder político, social y militar del país.
Hacen favores, donan dinero y hasta resuelven problemas comunitarios comprando lealtades y buscando aprobación social en un medio donde la persona vale por lo que tiene y puede dar, en detrimento de los valores morales que debieran prevalecer.
El sistema judicial supuesto a combatirlos, es débil, mal pagado y sus miembros, generalmente, designados por razones políticas, y cuando alguien, asqueado de esta vergonzosa situación se atreve a enfrentarla, recibe amenazas, chantajes e insultos.
Surgen los cuestionamientos a prácticas, que si bien no son legales, son parte del diario vivir en la política criolla donde se usan los cargos para promocionarse políticamente y para ilustrar, basta citar, a Temístocles Montás y a Francisco Javier García, altos funcionarios en campaña con fondos del Estado.
Pero ellos no son cuestionados ni por prestantes y rabiosos juristas, defensores de convictos narcotraficantes, ni por los privilegiados miembros del Congreso Nacional quienes viven sirviéndose de los fondos públicos para hacer campaña proselitista.
Y todo, porque no han osado cuestionar la fortuna descomunal y meteórica de ninguno de los sospechosos de corrupción administrativa que dirigen el partido en el poder como sucede con el caso del sometimiento por corrupción y lavado del senador Félix Bautista por el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito.
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Mi querido amigo y tocayo:
ResponderBorrarEn la década de los años 60's, la economía de nuestro país y la de Taiwán parecían hermanas gemelas. ¿Dónde está Taiwán hoy día y dónde estamos nosotros?
Posteriormente, en la década de los años 70's la economía de nuestro país era idéntica a la economía de Corea del Sur. ¿Dónde está Corea del Sur y dónde está nuestro país al presente?
Peor aun, en los años 70's nuestro país y Singapur adoptaron la política económica de sustitución de importaciones. Vuelvo a hacer la machacona pregunta: ¿Dónde está Singapur a la fecha y dónde se encuentra nuestro querido país?
Y para coronar las comparaciones, adoptamos el modelo económico de Zonas Francas al mismo tiempo que Malasia. Actualmente, este país es el principal contratista de tecnología futurista, ¡nosotros seguimos haciendo blusas baratas y pantalones jeans! Ah, pero... somos los reyes de la bachata y el Dembo.
¡Ah "bendita" corrupción! y ¡Ay "bendto" populismo!
Con el afecto de siempre,
Fernan Ferreira.
Hay algo que nunca olvidaré, lo que retrata nuestra falta de competitividad en materia de tecnología, debido mayormente a la corrupción, lo cual lamentablemente parece que ha empeorado.
ResponderBorrarUna de las compañías de alta tecnología en que trabajé, Teradyne, fabricantes de equipos de pruebas de chips, buscaba mudar su departamento de reparaciones a Latinoamérica. Siendo yo parte del equipo de buscar lugares apropiados, seleccionador y entrenador del personal bilingüe que reclutáramos, luché porque la RD fuera considerada pero fui vencido, pues nuestro país no calificaba en ninguno de los parámetros básicos importantes: generación eficiente de energía eléctrica, buenas carreteras, escuelas que produjeran técnicos calificados, estabilidad y seguridad social. ¿El mayor obstáculo en el aspecto económico-social por lo que no fuimos siquiera considerados, aparte de nuestra deficiencia energética? Nuestra mala reputación de tener que pagar soborno a dos o tres capas de ministros corruptos para poder hacer cualquier cosa.
En vez de a mi país, con pena tuve que ir a reclutar personal y participar en su entrenamiento a Costa Rica, en la famosa Zona Franca Metropolitana de Heredia, que también había atraído un sinnúmero de industrias similares.
Demás está decir que esa experiencia me avergonzó mucho ante mis colegas.
Isaías