martes, 1 de noviembre de 2016

LA LÍNEA NOROESTE EN LA RUTA DEL SOL

LA LÍNEA NOROESTE EN LA RUTA DEL SOL
Por Sergio Reyes II


Flanqueado por dos sistemas montañosos que le inducen a seguir adelante en un ineludible andar, el gran Yaque discurre por la dilatada llanura del noroeste de la Isla Hispaniola, afanoso por concluir la jornada en la que, en un abrir y cerrar de ojos, ha pasado de ser manantial, arroyo y caudaloso e impredecible río, hasta quedar convertido en un achacoso y monótono caudal de cansonas aguas que, más que avanzar, se arrastran, hasta confundirse en la unción vivificante de las salitrosas y cristalinas aguas del Atlántico, en la Bahía de Monte Cristi.

Es el extremo occidental del Valle del Cibao o Valle del Yaque del Norte, a cuya demarcación geográfica pertenece esta amplia depresión geológica que se extiende hacia el Oeste, partiendo de las inmediaciones de Santiago de los Caballeros y que tiene por límite Norte la Cordillera Septentrional o Sierra de Monte Cristi y el Océano Atlántico, y por el flanco Sur, las estribaciones norte de la Cordillera Central.

El volumen acuoso cruza por en medio de un pintoresco territorio que por siglos ha sido marcado con la implacable huella del sol, la bravura legendaria de sus gentes y la férrea determinación de éstos para salir adelante, venciendo los retos y las adversidades del diario vivir.

Como Línea Noroeste se le denomina, en alusión al histórico vestigio de puntales territoriales y límites infranqueables establecidos para definir posesiones y soberanías. El término es simplificado, a veces, como La Línea, en diminutivo coloquial de uso práctico; y en pretendida función de gentilicio, se asigna el calificativo de ‘Liniero’ a todo aquel –o aquello- que asume con tesón y gallardía el elevado mérito de ser oriundo de estos contornos y sabe poner en alto y con orgullo dichas virtudes por dondequiera que va.

Cuna de importantes asentamientos prehispánicos de la raza indígena taína y puerta de entrada a la isla de las primeras incursiones de los conquistadores españoles, en 1492, la Línea Noroeste ha jugado papeles estelares en el devenir de lo que hoy conocemos como República Dominicana y en la mayor parte de los capítulos relevantes de la historia de esta.

Sus campos, parajes y serranías fueron escenario de los conflictos bélicos derivados de las etapas Independentista (1844) y Restauradora (1863), en las que valientes hijos de estas tierras aportaron sus esfuerzos –y en muchos casos la vida- en pro del ideal patriótico. Más adelante, las luchas intestinas que sacudieron todo el país a partir del ajusticiamiento del dictador Ulises Heureaux –Lilís-, en 1899, tuvieron como epicentro en múltiples ocasiones las poblaciones, cerros y parajes de La Línea y fue éste el territorio elegido por el destino para catapultar en la historia y en el corazón de los habitantes de estos contornos los nombres de Desiderio Arias, Juan Isidro Jimenes, Andrés Navarro, Demetrio Rodríguez, Ramón Tavárez y otros tantos Generales, bravos en la contienda y maestros consumados en la estrategia de la guerra de guerrillas.

Valverde, Santiago Rodríguez, Monte Cristi y Dajabón son las provincias que constituyen el eje central del territorio de la Línea Noroeste. En estas cuatro demarcaciones se conjugan descollantes características que confieren a la región un toque especial y la convierten en punto de interés y destino turístico a ser tomado en cuenta por los dominicanos en general así como por turistas y visitantes de otras latitudes.

Playas, montañas y ríos establecen un interesante contraste que puede ser disfrutado de manera alterna sin tener que recorrer grandes distancias. Un hermoso relieve de llanos y cerros predomina en el paisaje y aunque el clima es mayormente cálido, en las tardes y las noches el ambiente se refresca, gracias a la cercanía de los sistemas montañosos y los aires marinos de la costa norte de la isla.

Un puñado de frescas y acogedoras playas se encuentran dispersas y al alcance del visitante en un radio de acción que abarca desde Luperón, La Isabela y Punta Rucia –en la provincia de Puerto Plata- hasta Buen Hombre, las playas Popa y Juan de Bolaños, en la zona que bordea la ciudad de Monte Cristi –destacándose el promontorio del Morro y su playita escondida-, así como la apacible playa de Manzanillo.

En los múltiples ríos y arroyos de la región la naturaleza ha moldeado espacios paradisíacos de charcos y pozas, con cascadas y saltos de agua fresca y cristalina que baja de las lomas. Allí se han establecido balnearios que constituyen las delicias de los que tienen el privilegio de sumergirse en sus vivificantes corrientes acuosas.

Los hay en todas las provincias de la línea, aunque de manera especial, además del Yaque del Norte, destacan los baños del río Mao, Amina, Yaguajal -o Yaguajai- como señalan algunos) (Sabaneta) y Arroyo Blanco (en el Río Guayubín ), Maguaca, el Salto del Masacre (Loma de Cabrera), Los 3 Caños (Santiago de la Cruz), Neyta y Artibonito (Restauración) y otros más en diferentes puntos de la región. Hay múltiples canales, ‘rigolas’ y acequias por las que corren considerables volúmenes de agua destinados a irrigar importantes proyectos agroindustriales, fincas, conucos y otros predios agrícolas de menor envergadura, que a falta de ríos cercanos, en muchos casos son usados a manera de balnearios populares.

La Presa de Monción, con su impresionante obra de ingeniería que combina la función de embalses y contraembalses con fines hidroeléctricos y de irrigación constituye en sí misma un destino turístico digno de ser visitado, no sólo por el goce de un gratificante baño en sus cristalinas aguas sino también por el disfrute de la espectacular panorámica y la belleza del entorno paisajístico en donde domina la naturaleza en todas sus tonalidades.

Las poblaciones enclavadas a lo largo de las estribaciones de la ladera norte de la cordillera Central gozan del privilegio de un clima fresco la mayor parte del año, con temperaturas que disminuyen considerablemente en el periodo Diciembre-Marzo.

Un ambiente matizado por pinares y otros árboles propios de bosque tropical caracterizan estos espacios y en algunos lugares como Monción, El Dajao, Restauración, Villa Anacaona, Manuel Bueno, Carrizal, Chorro Bonito, Fondo Grande, Río Limpio (Provincia Elías Piña) y otras comunidades de la sierra, el acogedor clima aporta las condiciones básicas para convertir la zona en el lugar ideal para desarrollar el turismo de montaña y zona de descanso y veraneo. Una extensa red de carreteras y caminos de tierra facilitan el acceso a los citados poblados y, pese a las limitaciones propias de las zonas en vías de desarrollo, puede decirse que las condiciones básicas en estas comunidades son mayormente aceptables y las pequeñas molestias que podría encontrarse no han de impedir el goce de la estancia, el contacto con la naturaleza y el privilegio de disfrutar el aire incontaminado de las montañas y el contacto con sus hospitalarios moradores.

SANTUARIO HISTÓRICO Y ECOLÓGICO

En cada recodo de la Línea Noroeste salen a relucir los eventos que definieron el curso de la historia así como los nombres de aquellos en quienes descansó dicha misión. Chacuey, en Partido y La Cacique y Arroyo Caña en Santiago Rodríguez, con sus plazas ceremoniales, petroglifos y restos de utensilios de cerámica constituyen la más fiel expresión del nivel de desarrollo cultural a que habían arribado los pobladores taínos al momento del descubrimiento de la isla. Los continuos reportes sobre aparición de nuevos vestigios indígenas en diferentes lugares de la región así como el hallazgo de terrenos roturados y acondicionados en una disposición que guarda fiel similitud con el sistema de cultivos en montones o montículos desarrollado por los taínos para el cultivo de la yuca avala cada día más la hipótesis de que en diferentes puntos de esta región estuvieron establecidos de manera permanente grandes contingentes humanos. Es de vital importancia reforzar los trabajos de investigación arqueológica, con personal especializado, a fin de continuar desentrañando nuestro pasado histórico.

La Línea cuenta con territorios de gran valor ecológico que conforman el hábitat ideal para el desarrollo y preservación de especies de la flora y la fauna, algunas de las cuales forman parte del endemismo local y otras están ligadas íntimamente al desarrollo y sostenimiento económico de las comunidades. La Sierra de Zamba, enclavada en la Provincia Santiago Rodríguez, en pleno centro de la región, abarca una amplia área en la que predomina el bosque seco subtropical, con tendencia a bosque húmedo y clima de pre montaña. Allí se reproducen a sus anchas las palmas Cana (Sabal umbraculifera) y Guano (Coccothrinax spp.), que forman parte del medio de vida de los habitantes en la zona por el uso extendido en el techado de viviendas rurales, construcciones turísticas así como en la confección de artesanías, macutos, sombreros y diferentes objetos de uso doméstico y ornamental.

Mas al suroeste, en el curso del Río Chacuey –provincia Dajabón- ha sido reportada la especie endémica Eugenia chacueyana Alain, de la familia Myrtaceae, que se encuentra en peligro de extinción y debe ser preservada. En la misma zona y alrededores se encuentra extendida la presencia de la palma Guanito Común (Zombia antillarum), de múltiples usos en artesanía.

La Reserva Científica de Villa Elisa –Dr. Orlando Cruz Franco- se encuentra a 8 kilómetros al norte del poblado del mismo nombre, en la provincia de Monte Cristi. Está formada por una extensión territorial de 113 tareas de terreno mayormente llano, con árboles pequeños, arbustos y enredaderas y una pequeña elevación de 120 Msnm, que en el pasado fue usada con fines agrícolas. Este lugar cuenta con la particularidad de ser la zona de desarrollo y propagación de una rara y hermosa especie de orquídea endémica, denominada Oncidium henekenii R. Schomb., conocida comúnmente como “Cacatica”.

El Promontorio del Morro, el ‘Dromedario dormido’ frente al Atlántico, es parte inseparable del panorama de la ciudad de Monte Cristi y uno de sus más bellos referentes. Cuenta con una vegetación muy particular de arbustos de baja altura, gramíneas, yerbajos y diferentes especies xerófilas con predominancia de dos especies herbáceas aromáticas, únicas en el mundo. Ellas son la Lyonia montecristina y la Salvia de Monte Cristi (Salvia montecristina). En toda la zona de los caños del Morro, Estero Balsa y las desembocaduras de los ríos Yaque del Norte, Masacre y Chacuey –en el perímetro costero comprendido entre Monte Cristi y Manzanillo- predomina la vegetación de manglar (Mangle Rojo –Rhizophora mangle- y Mangle botón o falso –Conocarpus erecta-); en el área de dichos caños sobreviven poblaciones de Manatíes y varias especies de aves de diferentes familias -algunas de las cuales son migratorias y otras residentes- y en la zona de la Laguna Saladilla y sus alrededores en el pasado habitó el Cocodrilo Americano (Crocodylus acutus) y se avistaban grandes conglomerados del migrante Flamenco Rosado. En los Cayos Siete Hermanos, a poca distancia de la ciudad, anidan numerosas poblaciones de gaviotas de la variedad conocida a nivel local como Bubí.

El Cerro Juan Calvo es una elevación de reducida altura situada al sureste de la ciudad de Dajabón que tiene un profundo significado histórico para la región. Allí se escenificaron aguerridos enfrentamientos en los conflictos intestinos de comienzos del siglo XX. Cuenta con una variada vegetación y en su cima y sus laderas proliferan hermosos pinares que le confieren un detalle distintivo en relación con el área circundante. En este lugar funciona un Centro de Educación Ambiental administrado por la Sociedad Ecológica de Dajabón –SOEDA-, que tiene por fines crear conciencia en la comunidad sobre el cuidado y preservación de los recursos naturales, presta asesoría en manejo agrícola a los campesinos y moradores de la zona y promueve la visita de escolares y público en general con fines eco turísticos, educativos y de reforestación.

La provincia Dajabón cuenta con la particularidad de tener, a la vez, terrenos llanos de Sabana y áreas de transición en las que interactúa el llano con cerros aislados, en la parte Norte; Hacia el Sur, ocupando las 2/3 partes de la extensión territorial, encontramos una profusa sucesión de serranías que constituyen las estribaciones norte de la Cordillera Central, sistema que en Restauración y Carrizal se descubre en toda su magnitud. Una abigarrada naturaleza se impone, destacándose el Candelón, Samán y Peralejo, con profusión de Palma Real, Ébano, Cedro, Caoba, Guano, Guayacán, Copey y otras especies, en las zonas de transición, hasta terminar con una predominancia de pinares (Pinus occidentalis) en las laderas y las encumbradas alturas de montaña. También proliferan los helechos, bejucales e innúmera variedad de Orquídeas, Bromelias y enredaderas.

Hay varios vallecitos intramontanos que son el asiento de bucólicas comunidades de hacendosos campesinos que hacen de la agricultura y el esporádico pastoreo su principal medio de vida y en algunos puntos como Fondo Grande se han establecido entidades que encaminan interesantes proyectos de Ecoturismo, basados en la modalidad de Agroturismo rural, dirigidos por miembros oriundos de la región, con una clara visión de futuro.

El paisaje es inconmensurable, dada la altitud de las estribaciones montañosas, muchas de las cuales sobrepasan los 800 mts. Snm; El clima imperante es acogedor y el aire fresco e incontaminado.

Son incontables los atributos con que cuenta la Línea Noroeste y la parte norte de la frontera domínico haitiana comprendida en esta hermosa región. Estos auspiciosos atributos incluyen su diversificada gastronomía, en la que destaca, principalmente, la inigualable oferta culinaria del mundialmente conocido ‘Chivo Liniero’, que, al decir de los lugareños, sazona su carne con el orégano que le sirve de alimento, planta que se propaga como arbusto silvestre en la campiña noroestana. A éste le siguen la especialidad en mariscos y productos del mar, que son servidos de manera principal en las áreas de playa y en prestigiosos hoteles y restaurantes de Monte Cristi y Manzanillo.

Esta región ha hecho tradición en la elaboración de Guanimos y Cazabe (para lo que cuenta con importantes agroindustrias comunitarias en Monción, -Stgo. Rguez- y La Ceiba –Loma de Cabrera-), así como la apetecible industria de dulces, mantequilla de maní –Mambá-, productos lácteos y conservas con base, principalmente, en Los Quemados –Monción- y Monte Grande –Loma de Cabrera-, en la que se emplea la mayor parte de las sabrosas frutas cosechadas en la región.

Por años, la actividad económica de esta pujante región estuvo cimentada, principalmente, en el fomento de la ganadería y la explotación de cultivos de arroz, tabaco, plátanos, bananos –destinados mayormente para la exportación-, maní, café, guandules, melón, tomates ‘Barceló’, yuca -en sus variedades dulce y amarga (para la confección del cazabe)-, batata y hortalizas, además de otros rubros agrícolas cosechados en menor escala en pequeños conucos para el consumo doméstico. Hay algunos proyectos agroindustriales de producción masiva de Zábila con fines de exportación y la región cuenta con finos y habilidosos ebanistas y artesanos, que moldean la madera para producir hermosas mecedoras y toda clase de muebles y piezas de uso en el hogar.

En épocas pasadas, la Línea Noroeste llegó a figurar como productora de importancia en el renglón de la Caña de Azúcar y la elaboración industrial del dulce, labor que recayó en el Ingenio La Esperanza, enclavado en el municipio del mismo nombre, en la provincia Valverde. La estrepitosa caída en los precios de este rubro, la desatención oficial, el desestímulo a los colonos y productores independientes así como la inestabilidad y falta de criterios justos en el mantenimiento de una mano de obra permanente degeneró en el colapso de este renglón agroindustrial y en el presente el país apenas mantiene una producción de subsistencia, básicamente para el consumo interno.

La mayor parte de los ingenios quebró o fueron desmantelados por disposición oficial. En el caso de Esperanza, el área en donde otrora funcionó el ingenio hubo de dar paso a un complejo industrial de ensamblaje, tipo Zona Franca, asumido con fondos del sector privado, que absorbe una parte significativa de la mano de obra local, lo que ha mitigado los efectos traumáticos de la clausura del complejo cañero y la mayor parte de los terrenos en los que se cultivaba la caña han sido destinados al fomento de otros rubros agrícolas.

En la recogida de las cosechas de productos de gran demanda como el mango, aguacate, cítricos y otros frutos, unido a la especialización y seguimiento en la producción en serie de Miel de Abejas, han estado cifradas las expectativas de muchos pequeños productores, conjuntamente con el sostenimiento de pequeñas crianzas de aves de corral, ovinos, porcinos, caprinos y, en los últimos años, algunos proyectos cunícolas, de tipo familiar, auspiciados por entidades estatales de apoyo comunitario y organismos castrenses con asiento en la frontera.

De igual forma, además de la tradicional actividad pesquera del litoral costero de Manzanillo y Monte Cristi, existen varios proyectos de crianza de Carpas, Tilapias y Camarones en estanques; En las presas de Monción, Chacuey, Cabeza de Caballo y otros embalses se ha venido desarrollando la crianza libre de peces a fin de fomentar y estimular la pesca entre los lugareños, como una forma de obtención de recursos que aligeren las dificultades del diario vivir de los habitantes de las comunidades aledañas a los citados puntos.

La línea Noroeste es una hermosa y versátil región que tiene mucho que ofrecer a propios y visitantes, con acogedoras ciudades de coqueta arquitectura con fuerte influencia Victoriana y Republicana y poblaciones con viviendas típicas de vistoso colorido y alegre sabor local y cuenta con impresionantes monumentos con los que la Patria agradecida recuerda las gestas con las que se consolidó su soberanía y a los prohombres que la hicieron realidad, así como obras de tipo ornamental, religioso o de uso privado que forman parte del tesoro patrimonial de las comunidades.

La mayor parte de sus atractivos se mantienen incontaminados, alejados de corrientes modernistas que, por lo general, desconocen la identidad y las raíces y valores culturales autóctonos, por lo que la región constituye una oferta turística que merece ser conocida y disfrutada.

Gente buena, laboriosa y hospitalaria habita en sus atrayentes ciudades, pueblos y comunidades campesinas, orgullosos de su pasado histórico y su patrimonio cultural y dotados de una positiva actitud de cara al provenir.

Y para sazonar aún más la invitación, la zona cuenta con una efervescente riqueza en materia de herencia musical que va desde el espiritual y significativo ritmo de los Palos o Atabales, el alegre y envolvente Merengue liniero y contemporáneo hasta llegar a la sensual y cautivadora Bachata, géneros todos en los que la Línea Noroeste ha sido pionera y cuenta con parte de los más finos y populares exponentes en la actualidad.

Por todo ello y un millón de otras hermosas realidades y atributos que Usted ha de descubrir personalmente, es que queremos invitarle a conocer la Línea Noroeste, porción de la Patria dotada de una inigualable riqueza folklórica y cultural en donde la naturaleza se expresa en toda su magnificencia. Zona bañada con el oro de los más bellos atardeceres, región de pinos y palmeras, playas y sal; tierra de héroes y libertadores que nos devolvieron la Soberanía y que ha sido, por siglos, la inmarcesible Puerta y Antesala de la Patria.

Anímese a conocer este hermoso e inigualable rincón del territorio dominicano, siguiendo la cálida y galopante ruta del sol. ¡Aquí le esperamos, anhelantes por hacerlo sentir Bienvenido!

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