martes, 15 de noviembre de 2016
LA DEMOCRACIA EN NUESTRA REPÚBLICA DOMINICANA
TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar
Según nuestra Constitución, la República Dominicana es un Estado Social y Democrático de Derecho, fundado en el respeto a la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos. Aclara, que se entiende por soberanía popular la que reside exclusivamente en el pueblo, de donde emanan los poderes, ejercidos por medio de sus representantes. O sea que muy clarito queda establecido que el pueblo es el soberano. ¡Qué interesante!
Leyendo este libro mágico me parece que estoy en el país perfecto para vivir, donde el derecho a la igualdad ofrece las mismas oportunidades a todos los habitantes, y donde la dignidad del ser humano es sagrada, innata e inviolable, cuyo respeto y protección es responsabilidad de los poderes públicos.
Sin embargo, como no me convence, sigo buscando en qué parte encaja nuestra democracia con lo que expresa la Carta Magna, y encuentro que entre otras, el sistema de gobierno honra el derecho a la libertad de expresión.
Sí señor… los periodistas se expresan, los comunicadores denuncian, los más calientes protestan y todos podemos decir misa sin ninguna consecuencia adversa. No hay límites para expresar lo que nos molesta de una u otra situación, y eso es muy bueno. Lo malo es, que podemos hablar, quejarnos y hasta rabiar si nos parece, sin que nadie nos haga caso.
Pero, estamos en democracia, di lo que quieras, ya te cansarás, porque yo “No oigo nada, soy de palo, tengo orejas de pescado.”
Por Lavinia del Villar
Según nuestra Constitución, la República Dominicana es un Estado Social y Democrático de Derecho, fundado en el respeto a la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos. Aclara, que se entiende por soberanía popular la que reside exclusivamente en el pueblo, de donde emanan los poderes, ejercidos por medio de sus representantes. O sea que muy clarito queda establecido que el pueblo es el soberano. ¡Qué interesante!
Leyendo este libro mágico me parece que estoy en el país perfecto para vivir, donde el derecho a la igualdad ofrece las mismas oportunidades a todos los habitantes, y donde la dignidad del ser humano es sagrada, innata e inviolable, cuyo respeto y protección es responsabilidad de los poderes públicos.
Sin embargo, como no me convence, sigo buscando en qué parte encaja nuestra democracia con lo que expresa la Carta Magna, y encuentro que entre otras, el sistema de gobierno honra el derecho a la libertad de expresión.
Sí señor… los periodistas se expresan, los comunicadores denuncian, los más calientes protestan y todos podemos decir misa sin ninguna consecuencia adversa. No hay límites para expresar lo que nos molesta de una u otra situación, y eso es muy bueno. Lo malo es, que podemos hablar, quejarnos y hasta rabiar si nos parece, sin que nadie nos haga caso.
Pero, estamos en democracia, di lo que quieras, ya te cansarás, porque yo “No oigo nada, soy de palo, tengo orejas de pescado.”
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Profe:
ResponderBorrarNuestra "democracia" es similar a lo que, en broma, expresa un gran amigo mío, quien dice: "yo soy democrático. Oigo todo lo que todo el mundo quiera expresar y después, hago lo que me dá la gana". ¡Qué viva la democracia!
Con el afecto de siempre,
Fernan Ferreira.