En la ardua labor magisterial descansa en buena parte el desarrollo de los pueblos y su crecimiento en todos los órdenes.
Es muy cierto que en el mismo interactúan diversos factores como son entre otros: la economía, agropecuaria, salud, preservación de los recursos naturales, energía, comercio y respeto a los derechos humanos o justicia social, la educación redunda en todos ellos con importancia cimera.
Aunque somos un país en vías de desarrollo, pues faltan muchas metas por lograr, es cierto que se está haciendo un esfuerzo en pro de alcanzar el lugar merecido por nuestro pueblo en esa materia, pero hay escollos difíciles de superar y uno de los cuales junto a la pobreza, es la preparación cuestionable de los educadores o maestros, ya que algunos egresan de las Escuelas de Pedagogía, con fallas que pueden superarse, pues de no ser así, como reza un proverbio popular, "nadie puede dar lo que no tiene".
Probablemente una de las razones principales de las mismas, provenga de escasa formación hogareña ya que como es obvio la educación empieza en la casa.
Aunque reconozco no ser un experto en detectar la génesis de esta problemática, quizás mis 30 años de docencia en la Facultad de Ciencias de la Salud de la UASD, me autorizan el emitir estos juicios, ya que bajo mi tutela docente pasó un número de estudiantes de los cuales una cantidad importante, adolecía de carencias en su formación pre universitaria, que le impedían alcanzar la excelencia académica o competencia profesional, limitaciones de las cuales no fui cómplice, dadas las exigencias que implementé al enseñar. Aclaro que tampoco presumo de haber sido el mejor de los docentes; jamás.
Es probable que la formación de maestros mejore más, si se aplicaran métodos más exigentes en la escogencia de los aspirantes e implementaran currículos actualizados y adecuados a la realidad dominicana, la cual es común a otros países latinoamericanos, pues tenemos características propias o nuestras. Desde luego, respetando también, el superior gobierno, los derechos inalienables de los educadores que de vez en cuando son conculcados, por no haber lo que algunos llaman "voluntad política”.
Permítaseme citar mi respeto, rindiendo homenaje a esos grandes maestros de los que tuve el privilegio, siendo alumno desde mi infancia provinciana, hasta que ingresé a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en 1972, los cuales son tantos que escogí los que más me marcaron:
En Mao
Formación primaria: Aida Franco, Moraima Gil, Camelia Disla, Sor María Eucaristía, y Antonia Arté (profesora particular de música). Debo mencionar a mi madre, profesora Pura Tió de Brea, por su ardua labor en nuestro hogar, como en la escuela pública.
En Secundaria: Andrés Ramos (Pequeño), Leónidas Ricardo Román (Don Leo), Manuel Torres Ferreira (Manuelito), Argentina de Ferreira, Josefina Aquino Reyes, Gladys Inoa de Llopis, Fredy Núñez, Catalina Acevedo, Donis Reyes y Dagoberto Almánzar.
En la U.A.S.D.
Colegio Universitario: José Espaillat, Dato Pagán, Isabel Cross Frías de Fiallo, Melba Báez de Erazo, Víctor Macarrulla Reyes, Antinóe Fiallo Billini, Dagoberto Tejeda, Magaly Pineda de Taveras, Máximo Avilés Blonda, Virgilio Bello Rosa, Eugenio Marcano Fondeur, Rosa Fersobe, Ángel Cedeño Cedano y en el Coro Universitario, Luis Frías Sandoval.
Facultad de Ciencias de Salud: Apolinar Perdomo, Fernando Ferrand, César Aude Núñez, José Rodríguez Soldevila, Josefina Padilla Vda. Sánchez, Roberto Sánchez Sanlley, Wady Hasbún, Rogelio Lamarche Soto, Amiro Pérez Mera, Ligia Leroux, Guillermo Ricart, Ena Lebrón Saviñon de Álvarez, Máximo Celito García, Caracciolo Vargas, June Rosemberg, Juan Pérez Ortiz, Pericles Franco Ornes, Plinio Pina, Ludovino Sánchez, Marcelino Vélez Santana, Jorge Chanlatte y esposa Ligia de Chanlatte, Ney Arias Lora, Leopoldo González Brache, Soto Martínez, Mario Tolentino Dipp, Francisco Canó González, Rafael González de Peña, Vinicio Calventi Gaviño, Ángel Guzmán Caputo, Venecia Joaquín, Eduardo Rodrínquez Lara, Guaroa Lora, Sánchez Pujols, Leocadio Peña, Pedro Bergés, Josefina García de Cohén, Simón Hoffiz, Rafael Camasta, ML. de Js. Mañón Arredondo, Román Mejía Jabit, Maximiliano Bejarano, Osvaldo Marté Durán, Teófilo Gautier, Hugo Mendoza, Julio César Castillo Vargas, Eliseo Rondón, Magín Domingo Puello, Nelson Astacio, Huberto Bogaert, Arnaldo Espaillat Cabral, Víctor Suero, Norman de Castro, Lino Romero, J. Morillo, Rubén Andújar, Fernando Sánchez Martínez, entre otros.
Es pertinente aclarar que unos ocho de estos profesores universitarios, fueron notables figuras antitrujillistas, tanto en el exilio, como en el complot de su ajusticiamiento, en el caso de Marcelino Vélez Santana. Ramfis Trujillo, luego del mismo, ordenó el vil asesinato de Rafael Augusto Sánchez (Papito), esposo de Josefina Padilla, primera mujer candidata a la Vicepresidencia de la República, en 1962.
¡Loor a todos los maestros por su noble apostolado!
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