SER Y DEJAR SER

TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar

Definir el amor es difícil y complejo, porque todos tenemos diferentes conceptos y creencias de lo que significa amar. Existe la convicción de que el amor es entrega, por lo que necesitamos darnos por completo a la relación para que el amor sea verdadero. En aras de esa entrega es que muchas veces caemos en el apego afectivo, que es una forma de dependencia del ser amado. Lejos de ser un acto de compenetración, la dependencia afectiva representa una especie de subordinación que no es recomendable para ninguna relación, porque el amor no es un negocio comercial compuesto de una sede principal y un anexo.

También se dice que el amor, debe ser incondicional. ¿Pero qué quiere decir incondicional? Absoluto, sin restricción ni condición alguna. Lo que significa que el amor es auténtico cuando nos entregamos en cuerpo y alma, sin limitaciones. Nada más incierto. En todo tipo de amor debe haber acuerdos que representen la base donde descansa la relación, y donde deben existir principios no negociables, como los valores, la sobriedad, y la vida. El amor debe ser equilibrio, debe ser y dejar ser.

Walter Riso en su obra ¿Amar o depender?, dice:

“La dependencia afectiva a la pareja, cualquiera que sea su origen, tarde o temprano genera sufrimiento y depresión. Entregarse afectivamente no implica desaparecer en el otro, sino integrarse respetuosamente. El amor está hecho a la medida del que ama. Construimos la experiencia afectiva con lo que tenemos en nuestro interior, por eso nunca hay dos relaciones iguales. El amor es lo que somos. Si eres irresponsable, tu relación afectiva será irresponsable. Si eres deshonesto, te unirás a otra persona con mentiras. Si eres inseguro, tu vínculo afectivo será ansioso. Pero si eres libre y mentalmente sano, tu vida será plena, saludable y trascendente.”
El amor verdadero comparte nuestro ambiente, y al mismo tiempo nos permite respirar por nosotros mismos.