domingo, 13 de enero de 2013
A PROPÓSITO DE...
¿DARLE PA’ ABAJO A LOS DELINCUENTES?
Por Fernando Ferreira Azcona
Primero que todo, quiero recordarle a mis distinguidos lectores que no soy Psiquiatra, ni Psicólogo. Tampoco soy Sociólogo. Es decir, no soy profesional de la mente o la conducta humanas. Mi temprana inclinación por las matemáticas y las ciencias me llevó a especializarme en Química de Suelos y Fisiología Vegetal.
Entonces, ¿es un atrevimiento de mi parte, ponerme a escribir sobre un tema tan espinoso? Podría serlo, pero en este mundo hay (porque no se dice habemos), tantos “expertos”, que cada chusco opina con toda autoridad, hasta de física espacial…
Sin embargo, el Director-Administrador de MEEC, mí querido hermano Isaías, ha planteado una encuesta muy interesante sobre este importante y actual tema en la sociedad dominicana.
Sin lugar a dudas, habrá opiniones en ambos extremos de la escala. Hay defensores de los derechos humanos que se oponen a que “le den pa’ abajo a los criminales” y también existen los que piensan, que acogiéndose a los mismos derechos humanos que poseen los delincuentes, nadie tiene derecho a atentar contra sus vidas.
En un escueto comentario que envié a MEEC, expuse que la gran disyuntiva es determinar si merece consideración un criminal a sangre fría, capaz de matar por encargo, por robarse un celular u otra prenda cuyo valor es insignificante. También son capaces de matar, al ver frustrado su intento de atraco, como ocurrió recientemente en un colmado de Santo Domingo Este. No pudieron llevarse nada… pero “frustrados”, la emprendieron a tiros contra el propietario del comercio, delante de su hijo menor de edad, y lo mataron. Es como decir: “no permitiste que te robara tus bienes materiales, entonces, te robo la vida”. El caso de la ingeniero Francina Hungría también ilustra estas “frustraciones”… No quieres detener tu vehículo, te disparo a la cabeza. ¡Oh Dios!
Asimismo, a un par de ancianos, a unas cuadras de mi casa, después de torturarlos, despellejándolos con una corta-pluma, lo mataron porque supuestamente habían vendido una propiedad y sólo encontraron alrededor de diez mil dólares o su equivalente en pesos dominicanos. ¡Pero, asómbrese! En el trayecto a la casa de los ancianos estrangularon a la sirvienta, que le sirvió de informante, y dejaron su cadáver en el carro estacionado, mientras asesinaban a los dos viejitos. Posteriormente, tiraron el cadáver en unos matorrales, donde fue encontrado. Leer el relato de uno de los jovencitos que participó en el triple crimen, le crispa los pelos a cualquiera.
También señalé en el comentario citado anteriormente, que la justicia dominicana no está jugando su rol de institución que debe proteger a la sociedad de estos vándalos, ya que al ser sometidos ante los tribunales, por cualquier “tecnicismo” son dejados en libertad, y ni siquiera le imponen medidas de coerción. De esta manera, tenemos en nuestras calles, a “ciudadanos de primera” (léase sicarios) que en su prontuario tienen tres, cinco y hasta siete homicidios por encargo.
Ni soñar que la Policía Nacional es una institución confiable. Muchos menos ejemplar. Hay quienes señalan, por demás, que algunos de los sicarios que hoy pululan en nuestras calles, fueron formados en este antro de perdición, lo cual no me atrevería a aseverar.
Ante la tétrica situación descrita, le tomo la frase prestada al Chapulín Colorado o a la Chimotrofia, y pregunto: “¿Entonces, quién podrá defendernos?” Como respuesta, le tomo también prestada la frase al Primer Ministro Inglés, quien autorizó la intervención de la Guardia Nacional en Londres, ante la ocurrencia de los disturbios que sacudieron esta ciudad el año pasado, con el argumento “no podemos permitir que la inseguridad y la delincuencia se apoderen de las calles de Londres”.
Creo que, lamentablemente, las autoridades dominicanas han hecho lo contrario al razonamiento del Primer Ministro Inglés, y por tanto, el ciudadano honesto, el que quiere desarrollar su vida en fraternal convivencia, y ganarse el sustento con el sudor de su frente, no se atreve a salir a las calles y vive en una creciente zozobra, porque ni siquiera en su casa está seguro.
¿Y qué de los derechos humanos? ¡Fantástico. Respetemos los derechos humanos. Pero, no sólo los de los delincuentes. Nosotros también tenemos derechos humanos!
Ya lo dijo el insigne prócer mexicano, Don Benito Juárez: “El Respeto al Derecho Ajeno, es la Paz”.
Por Fernando Ferreira Azcona
Primero que todo, quiero recordarle a mis distinguidos lectores que no soy Psiquiatra, ni Psicólogo. Tampoco soy Sociólogo. Es decir, no soy profesional de la mente o la conducta humanas. Mi temprana inclinación por las matemáticas y las ciencias me llevó a especializarme en Química de Suelos y Fisiología Vegetal.
Entonces, ¿es un atrevimiento de mi parte, ponerme a escribir sobre un tema tan espinoso? Podría serlo, pero en este mundo hay (porque no se dice habemos), tantos “expertos”, que cada chusco opina con toda autoridad, hasta de física espacial…
Sin embargo, el Director-Administrador de MEEC, mí querido hermano Isaías, ha planteado una encuesta muy interesante sobre este importante y actual tema en la sociedad dominicana.
Sin lugar a dudas, habrá opiniones en ambos extremos de la escala. Hay defensores de los derechos humanos que se oponen a que “le den pa’ abajo a los criminales” y también existen los que piensan, que acogiéndose a los mismos derechos humanos que poseen los delincuentes, nadie tiene derecho a atentar contra sus vidas.
En un escueto comentario que envié a MEEC, expuse que la gran disyuntiva es determinar si merece consideración un criminal a sangre fría, capaz de matar por encargo, por robarse un celular u otra prenda cuyo valor es insignificante. También son capaces de matar, al ver frustrado su intento de atraco, como ocurrió recientemente en un colmado de Santo Domingo Este. No pudieron llevarse nada… pero “frustrados”, la emprendieron a tiros contra el propietario del comercio, delante de su hijo menor de edad, y lo mataron. Es como decir: “no permitiste que te robara tus bienes materiales, entonces, te robo la vida”. El caso de la ingeniero Francina Hungría también ilustra estas “frustraciones”… No quieres detener tu vehículo, te disparo a la cabeza. ¡Oh Dios!
Asimismo, a un par de ancianos, a unas cuadras de mi casa, después de torturarlos, despellejándolos con una corta-pluma, lo mataron porque supuestamente habían vendido una propiedad y sólo encontraron alrededor de diez mil dólares o su equivalente en pesos dominicanos. ¡Pero, asómbrese! En el trayecto a la casa de los ancianos estrangularon a la sirvienta, que le sirvió de informante, y dejaron su cadáver en el carro estacionado, mientras asesinaban a los dos viejitos. Posteriormente, tiraron el cadáver en unos matorrales, donde fue encontrado. Leer el relato de uno de los jovencitos que participó en el triple crimen, le crispa los pelos a cualquiera.
También señalé en el comentario citado anteriormente, que la justicia dominicana no está jugando su rol de institución que debe proteger a la sociedad de estos vándalos, ya que al ser sometidos ante los tribunales, por cualquier “tecnicismo” son dejados en libertad, y ni siquiera le imponen medidas de coerción. De esta manera, tenemos en nuestras calles, a “ciudadanos de primera” (léase sicarios) que en su prontuario tienen tres, cinco y hasta siete homicidios por encargo.
Ni soñar que la Policía Nacional es una institución confiable. Muchos menos ejemplar. Hay quienes señalan, por demás, que algunos de los sicarios que hoy pululan en nuestras calles, fueron formados en este antro de perdición, lo cual no me atrevería a aseverar.
Ante la tétrica situación descrita, le tomo la frase prestada al Chapulín Colorado o a la Chimotrofia, y pregunto: “¿Entonces, quién podrá defendernos?” Como respuesta, le tomo también prestada la frase al Primer Ministro Inglés, quien autorizó la intervención de la Guardia Nacional en Londres, ante la ocurrencia de los disturbios que sacudieron esta ciudad el año pasado, con el argumento “no podemos permitir que la inseguridad y la delincuencia se apoderen de las calles de Londres”.
Creo que, lamentablemente, las autoridades dominicanas han hecho lo contrario al razonamiento del Primer Ministro Inglés, y por tanto, el ciudadano honesto, el que quiere desarrollar su vida en fraternal convivencia, y ganarse el sustento con el sudor de su frente, no se atreve a salir a las calles y vive en una creciente zozobra, porque ni siquiera en su casa está seguro.
¿Y qué de los derechos humanos? ¡Fantástico. Respetemos los derechos humanos. Pero, no sólo los de los delincuentes. Nosotros también tenemos derechos humanos!
Ya lo dijo el insigne prócer mexicano, Don Benito Juárez: “El Respeto al Derecho Ajeno, es la Paz”.
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Todos estos episodios y tragedias causadas por este tigueraje; me recuerda aquellos años de los famosos "paleros",aquel remanente atemorizador trujillista que nos obligaba a darles dinero, a no salir de las casas y acostarnos temprano; cuanto temor,era como un toque de queda.
ResponderBorrarDe repente, aparece un hombre llamado LEDESMA COLON; con un pequeño grupo de hombres decididos ,guapos, de conciencias y se tira a las calles a pelear contra esos salteadores y dejaron de existir,tuvieron que abandonar a la ciudad de Mao.
Hombres como Ledesma Colón y su grupo es que necesitamos; en todas las ciudades.Parece que se acabaron los hombres con pelotas y no deportivas.
Me están haciendo recordar la frase de Facundo que decía "que había que temerle a los pendejos porque son muchos".
Estamos viendo una juventud muy superada,con mucho saber,con muchos estudios, pero carentes de conocimientos de las luchas sostenidas para que hoy ellos estén disfrutando estas libertades y que poco a poco se les está yendo de las manos.
CREO FERNANDO, USANDO EL SENTIDO COMUN, QUE DEBEMOS CAMBIAR ESTA SOCIEDAD, PLAGADA DE INJUSTICIAS Y DE DESIGUALDADES, CREO, COMO LO ESCRIBI EN UN PEQUENO COMENTARIO, QUE NO PODEMOS SEGUIR LAVANDO SANGRE CON MAS SANGRE. TIENE QUE SURGIR DE ESTA VORAGINE QUE NOS DESTRUYE, UN LIDER QUE NOS GUIE, YA LOS MALES DE MI SOCIEDAD, EN LA QUE VIVIMOS, ME ASQUEAN Y LOS LIDERES POLITICOS, LOS INTOCABLES, ME ASQUEAN TAMBIEN. Y ESTE POBRE PUEBLO, NO HA ENCONTRADO NI VA A ENCONTRAR ESE GUIA EN LOS TRES PARTIDOS POLITICOS QUE SE DESAYUNAN, COMEN Y SE CENAN A ESTA TRISTE Y MISERABLE REPUBLICA DOMINICANA, TIENEN QUE SURGIR, NO UN LIDER, TRES O CUATRO LIDERES, DE LOS SECTORES RELIGIOSO, ECONOMICO, POLITICO Y SINDICAL, QUE SE PONGAN DE ACUERDO Y CREAR UN NUEVO PROYECTO DE NACION Y CREAR UNA NUEVA REPUBLICA DOMINICANA.
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