miércoles, 2 de abril de 2014
HOY 2 DE ABRIL ES ”DÍA MUNDIAL DE CONCIENCIACIÓN SOBRE EL AUTISMO”
"El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo no tiene por único objeto generar comprensión; es una llamada a la acción. Insto a todas las partes interesadas a participar en la promoción de los avances prestando apoyo a programas de educación, oportunidades de empleo y otras medidas que ayuden a hacer realidad nuestro ideal común de un mundo más inclusivo".
Mensaje del Secretario General, Ban Ki-moon con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, 2 de abril de 2014
El 27 de noviembre de 2007, La Asamblea General de la ONU adoptó una resolución que declara el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. En la actualidad, millones de personas con Autismo en todo el mundo siguen sufriendo la discriminación social, la restricción de sus derechos a la educación, a la salud, a una vida plena, a su dignidad como personas.
La tasa del autismo en todas las regiones del mundo es alta y tiene un terrible impacto en los niños,sus familias,las comunidades y la sociedad.
1 de cada 150 niños está dentro del Espectro del Autismo; es la discapacidad infantil de mayor prevalencia (más que Síndrome de Down, cáncer infantil y diabetes juntos). El Autismo es un trastorno que afecta la comunicación, la interacción social y que presenta patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta. Al día de hoy el Autismo no tiene cura y no se conoce con exactitud su origen, pero existen intervenciones psicoeducativas que permiten una gran evolución en aquellas personas que tienen acceso a las mismas. Dado lo extenso y diverso que es el trastorno, se habla comúnmente de espectro, donde se engloba una gran variedad de manifestaciones, definiéndose técnicamente como Trastornos del Espectro del Autismo (TEA). Los primeros signos del autismo son visibles a partir de los 18 meses de edad. Muchas veces al autismo se le denomina la discapacidad invisible.
El autismo se convierte en una sentencia de por vida, debido a su “invisibilidad”, al desconocimiento y al estigma que estas personas y sus familias acarrean. La discapacidad no es más que la inaccesibilidad de una persona a distintos niveles de la sociedad en la que vive, la cual le resta oportunidades. Otro de los factores que fomenta la exclusión social es el uso de las definiciones como atributo; se usa el diagnóstico como atributo genérico y definitorio. La utilización sostenida de la palabra “Autista” como definición global -y con tintes peyorativos- de la persona con autismo es un error conceptual de graves consecuencias.
El autismo en sí mismo no puede definir a la persona; el uso del atributo como condicionante social conlleva el impulso de la exclusión, de la rareza social. Si decimos que alguien es alto, ese atributo no clasifica de forma genérica, pero si decimos que es autista sí clasificamos y de forma negativa. La discapacidad la define el contexto ecológico de la persona y no el estado vital de la persona en sí misma. Como los Trastornos del Espectro del Autismo no se conocen, no se comprenden, y como no se comprenden no se contemplan. Esta situación conlleva la eliminación de la identidad propia de la persona con TEA, y esta supresión de la identidad desemboca en la marginalidad a todos los niveles. El derecho a una vida digna se convierte en el derecho a sobrevivir, todo un sinsentido en pleno siglo XXI.
Los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) crean una situación extraordinaria en la persona y su entorno social más cercano -la familia-; el impacto directo a todos los niveles es inmenso: emocionales; psicológicos; económicos; sociales; laborales; sanitarios, etcétera. El efecto que este impacto genera a todos los niveles puede llegar incluso a ser devastador; a su vez, la durabilidad en el tiempo de este tipo de efectos puede llegar a ser de por vida. Afecta directamente a la calidad de vida de la persona y su entorno a todos los niveles posibles. No obstante, en función del grupo social donde se dé esta situación, nos encontraremos con una serie de factores que generarán una reducción del impacto o todo lo contrario. Es decir, nuestro entorno social es un factor determinante en el efecto general de la persona y su familia.
Por eso, la Fundación Autismo Diario manda un mensaje a la sociedad, para que revoquen esta sentencia injusta que afecta a tantos niños y adultos. Si les quitamos sus derechos, ¿por qué no les quitamos también el Autismo? Ayuda a revocar esta sentencia. Ayúdanos a ayudar.
El Autismo se convierte en una “sentencia de por vida” debido al desconocimiento y al estigma que estas personas y sus familias acarrean. ¡No contribuyamos ni permitamos que eso suceda!
Mensaje del Secretario General, Ban Ki-moon con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, 2 de abril de 2014
El 27 de noviembre de 2007, La Asamblea General de la ONU adoptó una resolución que declara el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. En la actualidad, millones de personas con Autismo en todo el mundo siguen sufriendo la discriminación social, la restricción de sus derechos a la educación, a la salud, a una vida plena, a su dignidad como personas.
La tasa del autismo en todas las regiones del mundo es alta y tiene un terrible impacto en los niños,sus familias,las comunidades y la sociedad.
1 de cada 150 niños está dentro del Espectro del Autismo; es la discapacidad infantil de mayor prevalencia (más que Síndrome de Down, cáncer infantil y diabetes juntos). El Autismo es un trastorno que afecta la comunicación, la interacción social y que presenta patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta. Al día de hoy el Autismo no tiene cura y no se conoce con exactitud su origen, pero existen intervenciones psicoeducativas que permiten una gran evolución en aquellas personas que tienen acceso a las mismas. Dado lo extenso y diverso que es el trastorno, se habla comúnmente de espectro, donde se engloba una gran variedad de manifestaciones, definiéndose técnicamente como Trastornos del Espectro del Autismo (TEA). Los primeros signos del autismo son visibles a partir de los 18 meses de edad. Muchas veces al autismo se le denomina la discapacidad invisible.
El autismo se convierte en una sentencia de por vida, debido a su “invisibilidad”, al desconocimiento y al estigma que estas personas y sus familias acarrean. La discapacidad no es más que la inaccesibilidad de una persona a distintos niveles de la sociedad en la que vive, la cual le resta oportunidades. Otro de los factores que fomenta la exclusión social es el uso de las definiciones como atributo; se usa el diagnóstico como atributo genérico y definitorio. La utilización sostenida de la palabra “Autista” como definición global -y con tintes peyorativos- de la persona con autismo es un error conceptual de graves consecuencias.
El autismo en sí mismo no puede definir a la persona; el uso del atributo como condicionante social conlleva el impulso de la exclusión, de la rareza social. Si decimos que alguien es alto, ese atributo no clasifica de forma genérica, pero si decimos que es autista sí clasificamos y de forma negativa. La discapacidad la define el contexto ecológico de la persona y no el estado vital de la persona en sí misma. Como los Trastornos del Espectro del Autismo no se conocen, no se comprenden, y como no se comprenden no se contemplan. Esta situación conlleva la eliminación de la identidad propia de la persona con TEA, y esta supresión de la identidad desemboca en la marginalidad a todos los niveles. El derecho a una vida digna se convierte en el derecho a sobrevivir, todo un sinsentido en pleno siglo XXI.
Los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) crean una situación extraordinaria en la persona y su entorno social más cercano -la familia-; el impacto directo a todos los niveles es inmenso: emocionales; psicológicos; económicos; sociales; laborales; sanitarios, etcétera. El efecto que este impacto genera a todos los niveles puede llegar incluso a ser devastador; a su vez, la durabilidad en el tiempo de este tipo de efectos puede llegar a ser de por vida. Afecta directamente a la calidad de vida de la persona y su entorno a todos los niveles posibles. No obstante, en función del grupo social donde se dé esta situación, nos encontraremos con una serie de factores que generarán una reducción del impacto o todo lo contrario. Es decir, nuestro entorno social es un factor determinante en el efecto general de la persona y su familia.
Por eso, la Fundación Autismo Diario manda un mensaje a la sociedad, para que revoquen esta sentencia injusta que afecta a tantos niños y adultos. Si les quitamos sus derechos, ¿por qué no les quitamos también el Autismo? Ayuda a revocar esta sentencia. Ayúdanos a ayudar.
El Autismo se convierte en una “sentencia de por vida” debido al desconocimiento y al estigma que estas personas y sus familias acarrean. ¡No contribuyamos ni permitamos que eso suceda!
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