Las letras resucitan mi alma en cada línea... El tiempo respira sobre la espalda de los días... Cargo los caprichos del ayer en mi mochila de recuerdos... Cortando algunas flores silvestres de mi memoria... Quiero mutar, salir de este cuerpo que se pega a un lecho eterno... Quiero me recuerdes como esa campanita alegre que despertaba tus mañanas... Persigue una nueva historia que te regale motivos... No alcancé a decirte que mi refugio predilecto fueron tus ojos... El tributo que brindarás a mi existencia es olvidarme... Curando las heridas de este amanecer que no escuchará las flautas de la luna suspendida...
Hoy no quiero oír fracasos y razones, ni palabras crueles para crecer. No naufragaré en las páginas frías que escupen los poemas del dolor. El tiempo respira sobre la espalda de los días, mientras inquieta escribo. Me niego al silencio.
Aquí estoy, colgando del desconsuelo infértil de mi renuncia a seguir. Las letras resucitan mi alma en cada línea, mientras expira la carne. Buceo en las profundidades de mi conciencia, encontrando mi verdad: Estoy muriendo.
Cargo los caprichos del ayer en mi mochila de recuerdos, amarrados al soleado aliento de días que no vendrán. Los dejaré tirados frente al puerto del olvido. Me consume la espera del momento de mi adiós. Al leerme sabrás que este es el fin. Escribo mi testamento con esta lágrima rota que no alcanza para despedirme.
Me quedo en la tierra, renuncio a volar con los dragones en el cielo. Quiero mutar, salir de este cuerpo que se pega a un lecho eterno. Me elevo, pero los brazos repulsivos de la muerte me lanzan al calvario. El gladiador me espera. Juntos pasaremos la tormenta y del otro lado podré enviarte mensajes en una botella, como soñamos alguna vez. No estarás solo, lo prometo.
Ignora la culpa, quedarme es imposible. No llores sobre mis huesos. Cuando las cenizas vuelen hasta desaparecer con el viento, comprenderás que es tu turno de partir. Este mal llegó sin avisar, cantando una esperanza que se deshizo entre mis manos y las tuyas. Ahora ya sabes porque me aparto, quiero me recuerdes como esa campanita alegre que despertaba tus mañanas.
Saca todas mis cosas de la casa, llévalas a un lugar donde no las veas nunca más. Persigue una nueva historia que te regale motivos. La calidez de algunos labios espera por ti, báñate de una renovada ilusión. Desentierra tus sueños perdidos, lánzate al mundo para arrebatarlos del olvido. Ya no seré tu sombra; pero puedes con toda la carga.
Llevo en mí la fragancia del descanso eterno sin esperar la luz al final del túnel, porque ya la he visto. Escribo el último párrafo que me consume. No alcancé a decirte que mi refugio predilecto fueron tus ojos, donde por primera vez vi el amor.
Quiero deambular dentro de mí en este largo segundo, cortando algunas flores silvestres de mi memoria, curando las heridas de este amanecer que no escuchará las flautas de la luna suspendida.
Estruja la tristeza con la certeza de que siempre te amé. Ahora este es tu tiempo. El tributo que brindarás a mi existencia es olvidarme. Me llevo conmigo el dolor, no rompas tu promesa de ser feliz. Toma la libertad, te regalo mi testamento.
Su creación sale de un imaginario nutrido por muchas imágenes. Me gusta como escribe Handry.
ResponderBorrarJuan Tineo (Homerito)