domingo, 4 de marzo de 2012
EDUCACIÓN Y EDUCADORES
Ramón Mármol: Un profesor Dominicano que ejerce en EEUU.
Por Ángel Berto Almonte
PATERSON.-Para hacer su camino, la humanidad, persona a persona, generación a generación, ha tenido que ir transmitiendo los valores necesarios para vivir en sociedad. Cada recién nacido ha debido incorporar la experiencia de todo un mundo anterior para instalarse en esa cadena de progreso. La historia de los hombres es la historia de la educación.
La historia que le entregamos hoy es la del profesor Ramón Mármol, un dominicano que ha sido ejemplo para todos aquellos alumnos y alumnas que han recibido de él, el pan de la enseñanza.
De acuerdo a lo narrado por Mármol, él se inició impartiendo la asignatura de matemáticas a jóvenes particulares, término este que se les da aquellos estudiantes que tienen problemas de aprendizaje en determinada materia y requieren de otro educador que no es el profesor titular de su escuela.
En el año 1970-71, Mármol cursó estudios en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), luego decidió continuar su carrera en la Universidad Pedro Enríquez Ureña, donde terminó sus estudios en Educación.
Fue director del Liceo Secundario del Distrito Municipal de Laguna Salada, provincia de Valverde; al noroeste de la República Dominicana. También impartió clase en los colegios Ana Amelia Rodríguez, Ana Delia Jorge y Enriquillo; donde enseñó además de matemáticas, las asignaturas: dibujo y física.
Ramón Mármol (Papito) está de acuerdo, de que en dominicana los profesores y las profesoras no se ven reconocidos ni recompensados. Esto provoca un cansancio emocional, al tiempo que la vocación de docente se ve frustrada hasta el punto de verse desmotivado.
Hay profesores que tienen un marcado carácter educador y que entienden que su función es también la de tutelar el desarrollo y maduración de sus alumnos. En el otro polo, después de declinar todas las variables posibles, se encuentran aquellos que se sienten e identifican tan solo como enseñantes y creen que su labor exclusiva es transmitir los conocimientos que determina el “currículo” de la asignatura que imparten.
“El papel del educador alcanza una singular importancia en un escalón de la enseñanza que no siempre se considera y valora en la forma adecuada”, señala el profesor Mármol.
Educar es tan necesario que no puede quedar relegado a la responsabilidad de los grupos familiares, por mucho que éstos sean esenciales. La educación es tarea de todos y, desde siempre y tanto más cuanto más complejas se hacen las sociedades, han aparecido instituciones y personas en las que se depositaba de manera especial ese trabajo fundamental.
En los ritos de iniciación, en la larga tarea de aprendizaje de un oficio, en el recorrido de los caminos de la espiritualidad, en el progreso filosófico o moral, en una palabra, en la ayuda a la construcción de la persona siempre hemos encontrado al Maestro.
En busca de garantizarles un futuro próspero a sus hijos, Ramón Mármol emigra a los Estados Unidos, específicamente a Paterson, donde comparte su hogar con una familia ejemplar. Impartió docencia en Newark. A partir del año 1986 se suma al cuerpo de profesores del colegio Passaic County Community College (pccc). Honor a este dominicano ejemplar.
Por Ángel Berto Almonte
PATERSON.-Para hacer su camino, la humanidad, persona a persona, generación a generación, ha tenido que ir transmitiendo los valores necesarios para vivir en sociedad. Cada recién nacido ha debido incorporar la experiencia de todo un mundo anterior para instalarse en esa cadena de progreso. La historia de los hombres es la historia de la educación.
La historia que le entregamos hoy es la del profesor Ramón Mármol, un dominicano que ha sido ejemplo para todos aquellos alumnos y alumnas que han recibido de él, el pan de la enseñanza.
De acuerdo a lo narrado por Mármol, él se inició impartiendo la asignatura de matemáticas a jóvenes particulares, término este que se les da aquellos estudiantes que tienen problemas de aprendizaje en determinada materia y requieren de otro educador que no es el profesor titular de su escuela.
En el año 1970-71, Mármol cursó estudios en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), luego decidió continuar su carrera en la Universidad Pedro Enríquez Ureña, donde terminó sus estudios en Educación.
Fue director del Liceo Secundario del Distrito Municipal de Laguna Salada, provincia de Valverde; al noroeste de la República Dominicana. También impartió clase en los colegios Ana Amelia Rodríguez, Ana Delia Jorge y Enriquillo; donde enseñó además de matemáticas, las asignaturas: dibujo y física.
Ramón Mármol (Papito) está de acuerdo, de que en dominicana los profesores y las profesoras no se ven reconocidos ni recompensados. Esto provoca un cansancio emocional, al tiempo que la vocación de docente se ve frustrada hasta el punto de verse desmotivado.
Hay profesores que tienen un marcado carácter educador y que entienden que su función es también la de tutelar el desarrollo y maduración de sus alumnos. En el otro polo, después de declinar todas las variables posibles, se encuentran aquellos que se sienten e identifican tan solo como enseñantes y creen que su labor exclusiva es transmitir los conocimientos que determina el “currículo” de la asignatura que imparten.
“El papel del educador alcanza una singular importancia en un escalón de la enseñanza que no siempre se considera y valora en la forma adecuada”, señala el profesor Mármol.
Educar es tan necesario que no puede quedar relegado a la responsabilidad de los grupos familiares, por mucho que éstos sean esenciales. La educación es tarea de todos y, desde siempre y tanto más cuanto más complejas se hacen las sociedades, han aparecido instituciones y personas en las que se depositaba de manera especial ese trabajo fundamental.
En los ritos de iniciación, en la larga tarea de aprendizaje de un oficio, en el recorrido de los caminos de la espiritualidad, en el progreso filosófico o moral, en una palabra, en la ayuda a la construcción de la persona siempre hemos encontrado al Maestro.
En busca de garantizarles un futuro próspero a sus hijos, Ramón Mármol emigra a los Estados Unidos, específicamente a Paterson, donde comparte su hogar con una familia ejemplar. Impartió docencia en Newark. A partir del año 1986 se suma al cuerpo de profesores del colegio Passaic County Community College (pccc). Honor a este dominicano ejemplar.
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He aquí otro de los buenos profesionales de la enseñanza,que nuestro país pierde tan solo por las autoridades no prestarle la debida atención a la Educación dominicana.
ResponderBorrarEste es de los profesores que necesariamente no se vale de un método o una computadora para enseñar,es de los que a travez del respeto se hace sentir en el alumno.
Mis respetos a Papito Mármol,con el deseo de que puedas algun dia regresar a nuestra tierra a impartir docencia con las condiciones merecidas de tu clase.
Felicidades por tus éxitos actuales.
Manito
Mis felicitaciones Angel Berto Almonten "AAA" por honrar al profesor Mármol. Tuve el honor de compartir aulas y morada con Papito (Liceo y UASD) y me consta su integridad, rectitud, dedicación y probada honradez. Ejemplo a seguir como padre y educador. Enhorabuena Papo!!!
ResponderBorrarAbrazos de tu amigo de siempre,
Diómedes Rodríguez
El caso de nuestro hermano Papito es el mismo por el que hemos pasado todos los que con gallardía y entusiasmo abrazamos esa carrera con tanta dignidad y apego y que surtió sus frutos en aquel período en que los jóvenes se sentían estimulados por el respeto y admiracion hacia sus profesores. Desgraciamente, la exigencia de la vida versus al poco estímulo de las autoridades hizo que tuvieramos que irnos a probar suerte en otros campos, en otros terrenos, incluso en tierra foránea, buscando mejorar la calidad de vida y compensar el gran esfuerzo que se hizo para nuestra formación. Debo felicitar a todos aquellos que se quedaron y que hoy todavía están desafiando el proceso al que la vida nos ha sometido hoy.
ResponderBorrarAfectos de, Ley S.