jueves, 3 de octubre de 2013
EDUCATIVAS
EL 4% PARA LA EDUCACIÓN: ¿Y SI DIGNIFICAMOS LAS ESCUELAS VOCACIONALES?
Paula Joaquín de Hensch
Tomado de la Z101 (zdigital.do). Gracias a mi hermano Fernan que también me hizo llegar este artículo.
Leí con gran interés las inquietudes de la licenciada Venecia Joaquín en su artículo “El pacto educativo y el 4%”. Me identifiqué mucho con sus opiniones y acertadas propuestas. Indudablemente, estamos trabajando de atrás para adelante comiendo el postre antes del primer plato, pero como ella misma dice en su artículo: “algo es algo”.
La población con sus protestas salvó el 4% del presupuesto de Educación, pero ahora nos damos cuenta que faltaron educadores, catedráticos, pedagogos… que se preocuparan de la esencia de este logro y forjaran líneas directrices a seguir, para utilizar concienzudamente este importante aporte y evitar con ello el consabido despilfarro del esfuerzo conseguido.
Pero mi preocupación va más lejos de lo que propone la señora Joaquín. Alguien se ha preguntado: ¿cuáles son las necesidades del país? ¿Qué carreras necesitamos? ¿Qué tipo de especialistas precisamos? ¿Qué áreas necesitan más urgencia y precisan ser desarrolladas? Es hora de encuestar e indagar ¿cuáles son las necesidades urgentes del país?
Las universidades deben preguntarse ¿cuáles carreras están saturadas, porqué hay tantos egresados universitarios desempleados? El Ministerio de Educación, visionar la necesidad de crear y estimular las carreras técnicas. Es que realmente necesitamos más médicos, pediatras, abogados, ingenieros, administradores de empresas, o necesitamos enfatizar especialidades como seguridad vial, servicio de Policía, contabilidad y finanzas, mecánica automotriz, gestión agropecuaria, electromecánica, enfermeras , ayudantes, avicultores, puericultores, zapateros, soldadores, jardineros, constructores, pintores, hojalateros, vendedores, cocineros, topógrafos, panaderos, torneros, asistentes médicos.
¿Está alguien preocupándose de evaluar la orientación vocacional y delimitar campos? ¿Alguien propone las posibilidades o investiga las necesidades de los centros laborales? ¿Alguien se inquieta en detectar cuales son las actitudes, las destrezas que buscan los empleadores y que servirán de base para una mejor productividad laboral?
Necesitamos carreras más pragmáticas. No podemos darnos el lujo de pasar cinco años en una aula universitaria cuando precisamos gente que se integre rápidamente al mercado laboral , que estén a la base de la escalafón ,que deseen prepararse y tener un respaldo formativo con el cual puedan incursionar rápidamente en el ámbito productivo. Para alcanzar esos objetivos, precisamos otras opciones y las carreras técnicas son una buena alternativa.
Hemos sobrevalorado la educación universitaria, lo cual ha repercutido en nuestra economía atrofiándola, nos hemos hecho dependiente de tecnologías extranjeras y hemos perdido el enfoque de nuestra verdadera realidad. Las empresas tienen que involucrarse en este proceso de rescatar la formación técnica, están obligados a romper esos viejos paradigmas sociales y deben apoyar las escuelas, prestando oportunidades, permitiendo pasantías e identificando y transmitiéndole sus necesidades. Todas estas medidas ayudarán a darle el justo valor a esos oficios dignos y meritorios que hoy día nos pasan desapercibidos y en cierta forma denigramos.
La función de la educación es indiscutiblemente desarrollar las potencialidades del hombre, no solo su aspecto intelectual, sino también sus habilidades y prepararlos para vivir en sociedad. Después de la escuela obligatoria, se deben ofrecer formaciones técnicas y enseñanzas donde se aprendan oficios adaptados a las necesidades del mercado del país, que permitan satisfacer la vocación, la capacidad, la aspiración y ambición de nuestra gente.
La escuela debe rodearse de un equipo que evalúe y oriente las diferentes aptitudes de los alumnos a fin de descubrir sus preferencias y sugerirles la mejor opción. Las empresas ofrecer la posibilidad de hacer internados y pasantías. El país crear escuelas vocacionales que satisfagan las prioridades haciendo buen uso del 4%, y aquellos que quieran optar por un título universitario que se les dé la oportunidad a través de nuestras universidades que comprometidas con las necesidades de nuestro terruño, trabajen mancomunadas detectando y supliendo las necesidades del país.
Paula Joaquín de Hensch
Tomado de la Z101 (zdigital.do). Gracias a mi hermano Fernan que también me hizo llegar este artículo.
Leí con gran interés las inquietudes de la licenciada Venecia Joaquín en su artículo “El pacto educativo y el 4%”. Me identifiqué mucho con sus opiniones y acertadas propuestas. Indudablemente, estamos trabajando de atrás para adelante comiendo el postre antes del primer plato, pero como ella misma dice en su artículo: “algo es algo”.
La población con sus protestas salvó el 4% del presupuesto de Educación, pero ahora nos damos cuenta que faltaron educadores, catedráticos, pedagogos… que se preocuparan de la esencia de este logro y forjaran líneas directrices a seguir, para utilizar concienzudamente este importante aporte y evitar con ello el consabido despilfarro del esfuerzo conseguido.
Pero mi preocupación va más lejos de lo que propone la señora Joaquín. Alguien se ha preguntado: ¿cuáles son las necesidades del país? ¿Qué carreras necesitamos? ¿Qué tipo de especialistas precisamos? ¿Qué áreas necesitan más urgencia y precisan ser desarrolladas? Es hora de encuestar e indagar ¿cuáles son las necesidades urgentes del país?
Las universidades deben preguntarse ¿cuáles carreras están saturadas, porqué hay tantos egresados universitarios desempleados? El Ministerio de Educación, visionar la necesidad de crear y estimular las carreras técnicas. Es que realmente necesitamos más médicos, pediatras, abogados, ingenieros, administradores de empresas, o necesitamos enfatizar especialidades como seguridad vial, servicio de Policía, contabilidad y finanzas, mecánica automotriz, gestión agropecuaria, electromecánica, enfermeras , ayudantes, avicultores, puericultores, zapateros, soldadores, jardineros, constructores, pintores, hojalateros, vendedores, cocineros, topógrafos, panaderos, torneros, asistentes médicos.
¿Está alguien preocupándose de evaluar la orientación vocacional y delimitar campos? ¿Alguien propone las posibilidades o investiga las necesidades de los centros laborales? ¿Alguien se inquieta en detectar cuales son las actitudes, las destrezas que buscan los empleadores y que servirán de base para una mejor productividad laboral?
Necesitamos carreras más pragmáticas. No podemos darnos el lujo de pasar cinco años en una aula universitaria cuando precisamos gente que se integre rápidamente al mercado laboral , que estén a la base de la escalafón ,que deseen prepararse y tener un respaldo formativo con el cual puedan incursionar rápidamente en el ámbito productivo. Para alcanzar esos objetivos, precisamos otras opciones y las carreras técnicas son una buena alternativa.
Hemos sobrevalorado la educación universitaria, lo cual ha repercutido en nuestra economía atrofiándola, nos hemos hecho dependiente de tecnologías extranjeras y hemos perdido el enfoque de nuestra verdadera realidad. Las empresas tienen que involucrarse en este proceso de rescatar la formación técnica, están obligados a romper esos viejos paradigmas sociales y deben apoyar las escuelas, prestando oportunidades, permitiendo pasantías e identificando y transmitiéndole sus necesidades. Todas estas medidas ayudarán a darle el justo valor a esos oficios dignos y meritorios que hoy día nos pasan desapercibidos y en cierta forma denigramos.
La función de la educación es indiscutiblemente desarrollar las potencialidades del hombre, no solo su aspecto intelectual, sino también sus habilidades y prepararlos para vivir en sociedad. Después de la escuela obligatoria, se deben ofrecer formaciones técnicas y enseñanzas donde se aprendan oficios adaptados a las necesidades del mercado del país, que permitan satisfacer la vocación, la capacidad, la aspiración y ambición de nuestra gente.
La escuela debe rodearse de un equipo que evalúe y oriente las diferentes aptitudes de los alumnos a fin de descubrir sus preferencias y sugerirles la mejor opción. Las empresas ofrecer la posibilidad de hacer internados y pasantías. El país crear escuelas vocacionales que satisfagan las prioridades haciendo buen uso del 4%, y aquellos que quieran optar por un título universitario que se les dé la oportunidad a través de nuestras universidades que comprometidas con las necesidades de nuestro terruño, trabajen mancomunadas detectando y supliendo las necesidades del país.
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Estoy totalmente de acuerdo con este artículo. Las escuelas vocacionales hace años que debieran ocupar un lugar más preponderante en la educación de nuestros jóvenes. Yo agregaría a la lista de capacitación, estudios de energías renovables: eólica, geotérmica, hidroeléctrica, maremotriz, solar, undimotriz, la biomasa y los biocombustibles. Así como estudios de códigos (programación, y todo lo que tenga que ver con computadoras). El futuro es ahora: se están cumpliendo todas las predicciones de antaño y más que nunca es imperativo el know-how de la fuerza de trabajo.
ResponderBorrarAhora bien (y siempre hay un pero): si bien el artículo, dentro de su contexto es valioso, este deja sin contestar la pregunta más importante: ¿dónde van a trabajar esos muchachos una vez graduados? El asunto es más complicado.
Si bien es importante que se "consiguiera" que el 4% se contemple en el presupuesto, ¿entonces qué? ¿Qué plan hay y que salvaguardas hay para que ese dinero vaya donde debe ir, se use para mejorar la educación y no pase simplemente a los bolsillos de las Alejandrinas y Josefinas de este mundo? Si bien, sin dinero no se logra lo que se persigue, tan importante es que se capaciten los profesores, que se revolucione el plan de estudios y que se creen empleos. Lo demás es un ejercicio en futilidad y/o sueños de mentes ingenuas en el mejor de los casos; o un gran atraco con apoyo popular en el peor de los casos.
Isaías