jueves, 30 de enero de 2014

¿POR QUÉ CAMBIAR?

RELACIONES HUMANAS
Por Diómedes Rodríguez Martínez
El autor es facilitador de RRHH en Infotep


Cambiar. Si uno hiciera una lista de palabras de las cosas que son más fáciles de decir que de hacer, “cambiar” estaría al principio. Dos sílabas, siete letras, que significan ALTERAR, VARIAR, o HACER DIFERENTE; la palabra “cambiar” reúne emociones encontradas para cualquiera que la escuche. ¿Qué le sucede a usted cuando piensa en cambiar? ¿Cuáles son las primeras palabras o imágenes que le llegan a la cabeza?

Hace algunos años, una educadora hizo esa misma pregunta a un grupo de estudiantes. La respuesta fue, morir, o sea el cambio representaba morir. El porqué se asocia la idea del cambio con algo tan aterrador fue algo que la educadora no podía responderse. En la mayoría de los casos el cambio parecía ser impuesto y no escogido.

A primera vista el cambio puede parecer una proposición razonable. ¿Qué mejor que abandonar hábitos poco saludables, alterar una relación que nos llena completamente, salirnos de las mismas viejas rutinas, aceptar nuevos retos o trabajar para mejorar la calidad de nuestra vida? Los resultados del cambio solo pueden dejarnos mejor de lo que estábamos. Entonces, ¿por qué tanto miedo al cambio? ¿Cuál es el problema? ¿Cómo es que cambiar tiene una reputación tan mala?

He hablado con algunos amigos y colegas que han cambiado exitosamente sus vidas o han modificado algunos patrones y hábitos específicos. Les pregunté por qué habían cambiado y uno porque le dio un ataque cardíaco y estuvo entre la vida y la muerte y se dio cuenta de cuán tontamente estaba desperdiciando los momentos de su vida en preocupaciones absurdas como si la vida durara... y estaba dejando escapar los pequeños detalles y estaba dejando pasar la oportunidad de vivir mejor, y tuvo que llegar ese momento para que se diera cuenta.

Otra de mis colegas se dio cuenta de que vivía en una furia constante, no la valoraban en el trabajo, por más que se esforzaba con unos resultados óptimos y exitosos y su ira iba creciendo hasta que explotó y decidió dejarles con un palmo de narices, dejó el trabajo sin tener otra cosa, pero ahora está trabajando en otro empleo donde la valoran muchísimo más y ella se siente mucho mejor con ella misma.

En cualquiera de los casos que he contado, lo importante es que dejaron atrás algo que no les satisfacía ni gustaba, dejaron viejos hábitos, resolvieron problemas que parecían no tener fin, mejoraron sus relaciones, expandieron sus horizontes y volvieron a obtener su equilibrio después de experimentar algunos retrocesos. Además de los beneficios que obtuvieron y de las razones que dieron para cambiar, tenían otros elementos en común.

Algunas veces la gente cambia debido a un desastre o a una pérdida experimentada por un tercero.

La vida es muy corta, piensas ante la visión de desastres ajenos y toma medidas para hacer los cambios positivos que te habías propuesto para otro día. Todas esas maneras de cambio son efectivas. Desafortunadamente también implican: POSPONER, RESISTIR Y EVITAR EL CAMBIO POR CUANTO TIEMPO SEA POSIBLE. Uno espera cambiar hasta que el no hacerlo resulta intolerable. En el ínterin, se hace un daño considerable a uno mismo, a otras personas y a las relaciones con ellas.

UN HECHO QUE SE PRECIPITA COMO una tragedia, trauma, confrontación o desastre debe sucederle a uno antes de decidirse a cambiar. Su vida mejora pero piensa que el cambio no fue su elección.

DOLOR Y SUFRIMIENTO. Estos dos, por lo general son asumidos –de forma equivocada- como algo absolutamente necesario cada vez que ocurre un cambio.

En algún momento de su vida, seguramente ha escuchado estas palabras: “ Tienes que tocar fondo antes de volver a la superficie”...Esta concepción es errónea, pero es de amplia aceptación aunque implica que hay que arrastrarse, sufrir y perder toda esperanza antes de que pueda cambiar para mejorar tanto su vida como a sí mismo. El mito lo convence de que debe esperar a que la situación sea atroz e intolerable antes de hacer nada por mejorarla. Y ya que reaccionamos tan negativamente al cambio, seguido nos convencemos de que “las cosas no van tan mal”. Creamos nuestra propia excusa lista-para-usarse para no cambiar.
Le tengo una sorpresa agradable. En ningún lado está escrito que deba sufrir terriblemente antes de cambiar. En muchas instancias no tiene por qué ni siquiera pensar en sufrir, y ciertamente, no tiene que soportar un dolor prolongado, frustración o incertidumbre.

Cuando se quiere salir del hoyo y seguir adelante, se debe llegar a la propia línea de fondo y estar preparado para levantarse por encima de ella. Uno puede escoger cambiar, y uno puede empezar por donde le parezca.

Después de cumplir lo que me he dispuesto a hacer, siempre me pregunto por qué demonios lucho contra el cambio. ¿Por qué se me ocurrió pensar que podía no cambiar? ¿Por qué esperé tanto tiempo?

Me digo a mi mismo: -la próxima vez no esperaré tanto. Encontraré una razón para cambiar antes de que llegue el desastre, o no pueda tolerar lo que siento, o sea acorralado en una esquina y piense que no hay otra opción más que cambiar”.

FUENTE: Libro Cambio Positivo.
AUTOR: Anónimo

3 comentarios:

  1. Primo excelente conceptualizacion de lo que es y lo que significa un cambio a su debido tiempo , siempre he estado de acuerdo con todo que nos dice y nos aconseja en este atinado articulo, felicidades primo. Andres del Villar.

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  2. ¡Excelente Diómedes!
    Para salir del atraso y de la mediocridad, es necesario romper patrones, paradigmas e iniciar el proceso del cambio sin temor y con firmeza. Gracias por el gran aporte.
    Rafael Vargas

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  3. Sin cambio bien articulado, no habrá genuina transformación, Apreciado Hermano, y, peor aún, cuando la desidia y la acentuada sobriedad se constituyen en eslabones que no permiten libre apertura de una conciencia práctica decisiva en nuestro amplio accionar;... sí, ... es prioritario responder con oportunidad sopesada, pero sin muchos titubeos, de manera que podamos obtener nuestra adecuada transformación y crecimiento esperado a través de los cambios fundamentales, que en la mayoría de los casos no ameritan en definitiva grandes esfuerzos,... es cuestión de enérgica voluntad y determinante decisión.

    Le quedó formidable Hermano y muy aleccionador,... continúe con este extraordinario aporte, que bien constituye un aliciente estimulador de acertado proceder, sin afectar nuestros valores y apropiadas convicciones. Mis respetos y alto aprecio para tí.

    Con efusivos abrazos y reconocimiento de tus dignas acreencias y afortunadas virtudes, manifestadas en todo su esplendor y significancia,... Cuqui Rodríguez Martínez.

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