lunes, 19 de diciembre de 2016

CUBA, DEPENDE CÓMO LA MIRES


Plaza de la Cultura, Cuba

TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar


Siempre soñé con ir a Cuba, pues el esplendor del Tropicana y la alegría de su gente, proyectados en las películas de la época, me transportaban a un mundo mágico, bordado de fiesta y diversión. Cuando fue posible realizar ese anhelado viaje, se metió Fidel en medio con su dichosa Revolución y me tocó entonces irme al otro extremo: Estados Unidos.

Pasaron los años, y la semana pasada ese sueño se hizo realidad, cuando por invitación de Davelba Tours, me uní a un grupo, y llegamos a La Habana.

El viaje incluyó un paseo a pie por la Habana Vieja declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en la que visitamos las cuatro plazas del Centro Histórico, La Fundación Habana Club, la Feria de la Artesanía, y La Plaza de la Revolución donde disfrutamos del Memorial José Martí, hermoso museo donde se encuentran sus declaraciones, sentencias, diplomas, fotos…, y donde una guardia de honor rinde homenaje al libertador de Cuba.

¡Cuántas cosas qué ver en la Habana! El Capitolio Nacional, La Bodeguita del Medio, el Hotel Nacional, el barrio de Miramar, el Museo de los Capitanes Reales, el Bella Vista Social Club, etc.

Del Tropicana, podemos decir que superó nuestras expectativas, un show espectacular con un lujo de luces, trajes hermosos, y una coreografía profesional. Luego Varadero, su plaza y su playa; Pinar del Río, Viñales nombrada también por la Unesco “Paisaje Patrimonio de la Humanidad”, la Cueva del Indio, las plantaciones de Tabaco y muchas cosas más que sería prolijo enumerar.

Realmente un viaje maravilloso con guía de turismo, autobús y chofer asignado todo el tiempo. Ah… ¿y los carros antiguos? Bellos, aunque ya hay modernos también. Los viajes a Cuba tienen una connotación especial, porque los turistas que la visitan, además de conocer y disfrutar, van a cuestionar su historia y a juzgar sus personajes. Así que, nosotros no fuimos la excepción, llegamos allí con la incógnita de qué encontraríamos en un país que creíamos lleno de penurias, tristeza y descontento, pero para nuestra sorpresa vivimos una experiencia diferente a la que suponíamos. Cuba es actualmente un país de salarios muy bajos, pero de dignidad muy alta, donde la seguridad ciudadana permite vivir en paz y la justicia social resuelve, sin distinción de personas, las necesidades básicas de todos los cubanos. Es un país donde se puede salir a cualquier hora sin temor a atracos, asaltos, secuestros, porque la delincuencia es muy baja, por no decir que no existe. La educación, a todos los niveles, y la salud en todas sus modalidades, son gratuitas. No vimos niños pidiendo en la calle, ni mendigos por las esquinas, vimos ciudades limpias no solo de basura, sino también de drogas y armas. Vimos gente que canta y baila con alegría, su son.

Entonces admiré la obra de esa dichosa Revolución que a sangre y fuego dividió la historia de Cuba en dos: Antes y después de la Revolución.

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