Por Lavinia del Villar
Algo que me inquieta y que no he encontrado quien me aclare, es entender cuáles son los parámetros que se consideran para que al morir una persona, sus restos sean envueltos en la Bandera Nacional.
Me pregunto: ¿ser un representante público, ser honesto, ser bueno, ser político, ser carismático, ser popular, ser influyente, ser compasivo, ser generoso, o simplemente además ser del partido en el poder?
Corríjanme por favor, ¿tiene el congreso entre sus códigos o acápites los requisitos para ser digno de ese gran honor?
Una persona con un amplio historial de sacrificio por el servicio a la patria, un héroe, un mártir… fueron hasta hace poco los determinantes para ser honrado con el privilegio de llevar sobre el ataúd nuestra bandera.
No tengo nada en contra de Juan de los Santos, quien fue más conocido como Juancito Sport por su incidencia en los negocios de bancas de apuestas, ni considero justa la forma tan cruel como perdió la vida, no…, al contrario, encuentro muy acertado que sus compañeros de organización, entre los que se encuentra el presidente de la República y altos funcionarios del Estado, le rindieran un homenaje y le hicieran guardia de honor. Sin embargo, cuestiono si con los honores rendidos no estamos creando un referente histórico para que en el futuro se relaje o se convierta en un hecho baladí, el privilegio de ser envuelto con la Bandera Nacional.
…Y dijo Matías Ramón Mella, Padre de la Patria, fiel discípulo de Duarte, espada del honor y del deber, refiriéndose a nuestra enseña tricolor:
“… cuando vaya para siempre a descansar, que ella envuelva mi cadáver.”
Y méritos sobraban…
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