Por Juan Nicolás Tineo
Del libro Versos en cautiverio
Surcando el sendero nuevo
me detengo horizontalmente
en la planicie del cuello húmedo y sediento
a contemplar la cara ingenua
convertida en agua deslizándose
en la superficie del espejo
que proyecta distorsionadas
imágenes de su interioridad.
Muchacho, ¡cómo te pareces al gran bardo chileno con esa boina!
ResponderBorrarIsaías