martes, 15 de julio de 2014

EPPUR SI MUOVE

Por Melvin Mañón

Asistí, como invitado de La Multitud, al acto de lanzamiento de LA CONVERGENCIA la mañana del domingo 6 de julio 2014. Lo hice por no lucir arrogante, porque, a decir verdad, esperaba mas de lo mismo. Se afianzó en mi, brevemente, la idea porque al entrar al recinto el equipo de sonido ambiental tocaba canciones de Manuel Jiménez, un diputado del PLD que jamás alcanzó como legislador los méritos que había tenido como cantante y que a veces reclama como cantautor.

El acto estuvo razonablemente bien organizado y se inició 25 minutos después de la hora anunciada lo cual, es casi excepcional entre nosotros. Las presentaciones fueron breves y esquivaron esas repeticiones tediosas con las cuales solamente se pierde tiempo y a veces paciencia. Habló primero Eléxido Paula y estuvo bien pero no fue hasta que terminó Reynaldo Aponte que sentí un sabor diferente en la boca. Su discurso me gustó y el final todavía mas. Fue oportuno, vibrante, prometedor, con el sabor del reto, con ese aroma de esperanza que las grandes jornadas de lucha parecen anunciar y cuando ese muchacho terminó, aludiendo a la imperiosa necesidad de expulsar al PLD del poder y así poner fin al estupro que sobre nosotros y toda la nación consuman a diario exclamó: Nunca Mas. Le aplaudieron rabiosamente.

No sé si Reynaldo sabía que el “Nunca Más” es parte del juramento que hacen los paracaidistas y tropas israelíes en Masada, el promontorio a orillas del Mar Muerto donde según la leyenda en el año 73 DC resistieron los judíos al ejército romano hasta morir. Tampoco importa si lo sabía. Usar el Nunca Mas, en ese contexto y momento fue atinado.
Pocos minutos después y tras una pausa artística Higinio Báez, del Frente Amplio presentó un inventario de los objetivos por los cuales se proponen luchar las entidades y personas allí presentes. El listado además de completo en lo fundamental, no es en nada diferente al que podría haber enarbolado yo mismo y al que de hecho y también en lo fundamental sustenta Dominicanos por el Cambio (DxC), la APD y otros partidos y movimientos. Higinio además lanzó un reto alrededor del cual mucho se debatirá y sobre todo, mucho se luchará: la exigencia de modificar la composición de la JCE, el TSE y demás altas cortes que, como se ha demostrado, de cortes solo tienen su similitud con las tijeras y de altas el edificio desde el cual operan. A este reclamo habré de referirme más adelante.

Finalmente y tras una contextualización necesaria a cargo de Pedro Catrain vino la gran sorpresa. El PRD mayoritario, la fuerza mas importante dentro de la Convergencia no trajo a Hipólito como temía ni tampoco a Luis Abinader sino a Milagros Ortiz Bosch y hay que hablar de esto.

Milagros fue, anteriormente, víctima de las malas políticas del propio Hipólito y en no menor medida de Miguel Vargas. El PRD de entonces, en lugar de apoyar a Milagros la trituró. Fue posible triturarla porque, como me dijo entonces un dirigente perredeista, Milagros no daba dinero. Justamente por eso, la suya ahora fue la elección correcta pues ella tiene las credenciales, enarbola el reclamo ético y nadie puede imputarle ni una acto doloso ni una práctica política impropia. Pero MIlagros era y demostró ser mas que eso.
Su discurso fue breve, reseñó los méritos de las presentaciones anteriores y tocó dos temas cruciales. Fue la única persona en ese acto que usó la palabra fracaso para referirse a otras instancias en las cuales, una iniciativa o un proyecto de nación sucumbió por diversas razones. Puso la señal de alerta para que la gente no se creyera que la unidad es, en lenguaje de mis padres: soplar y hacer botellas ni tampoco extraviar lo hecho con lo que está por hacerse. Otra cosa: Milagros, derivando de lo anterior, enumeró una serie de ocasiones históricas importantes en las cuales el fracaso nuestro como nación derivó de la desunión y del divisionismo.

No solamente la de Milagros, todas las presentaciones fueron muy respetuosas, conciliadoras como correspondía a un acto de esa naturaleza; de varias maneras uno sentía, o al menos, eso sentí yo que, la gente que allí hablaba, se daba cuenta de que estábamos en presencia de momentos y circunstancias distintas, que este no es el país de los años 60, que este, como el cuento de la Caperucita es una historia que ha cambiado mucho y percatarse de esta realidad es el primer requisito (no el único naturalmente) que debe cumplir quien aspire a la capitanía de este barco al garete.

La cuestión ahora sería la siguiente: Dado que los peledeistas, tanto los de Leonel como los de Danilo, tienen mucho que perder y dado que ambos se han acostumbrado al fraude electoral y la impunidad ante el delito, ellos no van a cambiar ninguna junta ni tribunal electoral ni se van a inhibir de trampas y abusos a menos que sean obligados a hacerlo. Entonces, no solamente la Convergencia, sino toda la oposición política en la República Dominicana de hoy, incluyendo a DxC, Alianza País, APD y cualquier otro cuya mención no haya hecho explícita tiene que entender que el PLD no respetará ningún resultado en las urnas que no haya sido ya definido en las calles, en la voluntad de un pueblo de resistir, de poner en vigencia el “Nunca Mas” y de haber sentado las bases para un duelo a muerte. Sin la certeza de que no podrán gobernar, de que la desobediencia civil es mas poderosa que ellos, el PLD y su gobierno, no dejarán de ser entidades delincuentes. Y lo mas importante: que la oposición no se resigne al espacio reducido dejado por el gobierno para su actuación sino que definiendo su propio espacio obra en consecuencia. La oposición debe escalar el enfrentamiento y responder a la agresión no poniéndose mas chiquita y portándose bien, sino escalando la confrontación, despreciando las emboscadas, las trampas, las maniobras diversionistas y conquistando una victoria que mucho nos ha eludido. Einstein afirmó: “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. A veces, gente como yo siente y cree que a quienes se dirige no le han hecho caso, ni han entendido. Es esperanzador darse cuenta de lo contrario, por eso, hay que repetir, como dijo Galileo tras ser sentenciado por herejía: “Eppure si muove” o lo que es lo mismo, “a pesar de todo, el país aprende”.

El gran descontento social existente no se transformará en jornada política bajo techo ni en estudios de TV. Toda la oposición tiene en esencia el mismo discurso. Eso es bueno. Ahora falta hacer oposición sin cuartel. El país pide ejemplos y espera que partidos y dirigentes los aporten. Ahí estará la diferencia.

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