martes, 11 de marzo de 2014

MACHETEROS EN LOS RIELES

Por Fernando Rodríguez Céspedes

Al margen de las motivaciones que pudieran tener, todo el peso de la ley debe caer sobre los agresores a machetazos de los parroquianos de un centro de diversión del sector Los Rieles de Los Alcarrizos.

Este es un precedente al que es necesario darle un castigo ejemplar para que hechos tan crueles no vuelvan a ocurrir bajo ninguna circunstancia en una sociedad harta de la delincuencia común y de cuello blanco.

Este sangriento y despiadado ataque contra un grupo de 29 indefensos ciudadanos que compartían en un centro de diversión, pone los pelos de punta y nos presenta ante el mundo como un país de salvajes.

A la fecha, hay pocos detenidos con relación al hecho, debido al terror que han logrado imponer los autores del mismo, cuya cabeza intelectual, según las autoridades, es el nombrado Domingo Rivera, alias Moisés.

Este señor, autoproclamado como invasor de tierras y dirigente peledeísta, se entregó a las autoridades sonriente y acompañado por sus abogados y numerosos beneficiados de las reparticiones de solares que hace entre sus seguidores.

Considero que por la gravedad del hecho y las implicaciones que tiene, todos los organismos de seguridad del Estado deben integrarse a las investigaciones de manera que se determine con precisión el motivo y la autoría física e intelectual del mismo.

No importan las motivaciones que pudieran tener los agresores, las autoridades judiciales tienen la obligación de actuar ejemplarmente contra ellos para que esta barbarie no sea imitada por otros bandoleros barriales.

Da la impresión de que los delincuentes se inspiraron en la masacre reciente en una estación de tren de China, donde más de 30 ciudadanos fueron asesinados a cuchilladas y machetazos y más de 100 heridos por un grupo terrorista.

Es lamentable que nuestras leyes no sean tan drásticas como las del país asiático, para aplicárselas, como escarmiento, a este grupo de bestias sanguinarias capaces de agredir inmisericordemente a hombres y mujeres indefensos.

1 comentario:

  1. En un país donde las leyes son tan frágiles, con miles de jóvenes atrapados en la pobreza, sin esperanzas, muchas veces drogados y proclives a imitar cualquier barbaridad, es un gran peligro si un acto como el mencionado no es castigado con ejemplaridad.

    Isaias

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