domingo, 1 de septiembre de 2013

TERCER CAMINO

HASTA LUEGO, QUERIDA DOÑA
Por Lavinia Del Villar Jorge


Ese 28 de agosto llegué a su casa a eso de las 10:30 de la mañana. La encontré dormitando en su mecedora, pero cuando me sintió se puso alerta, me recibió con el cariño que siempre me prodigó… y comenzó la clase.

Sí, la clase, porque cada encuentro con ella era un aprender: Historia patria, moral y cívica, gramática, literatura, filosofía, en fin… vida. Cada contacto con ella era nutrirse y enriquecerse con la enorme sabiduría de un ser único e irrepetible.

Hablamos de todo un poco… de la situación en que estamos viviendo, del preocupante desempleo, de política, de historia, del tiempo en que fue mi maestra, de la época en que trabajamos juntas, de la educación actual versus la de nuestra época…, nos reímos a más no poder mientras compartíamos cuentos…, me recitó el poema “Ama y Trabaja”, y a petición mía “Caretas” de Rosario Sansores.

Nos despedimos a las 12:30 de la tarde, con la promesa de que en nuestra próxima convivencia me recitaría “El brindis del bohemio”, poema que siempre decía se aprendió para mí, porque en tertulias entre ella y yo en las que compartíamos poesías, cuando ella era directora de la Escuela Juan Isidro Pérez, y yo maestra, le expresé que me gustaba mucho.

La dejé feliz y contenta, y no sé por qué le dije: “Doña, cuando me necesite, para lo que sea y a la hora que sea, estoy disponible”, a lo que me contestó: “Yo lo sé”.

¡Quién me hubiera dicho que a las dos horas de separarnos estaría iniciando su viaje para reunirse con el Padre!

Me duele su partida, pero entiendo que tras una vida de dar, de contribuir, de aportar, de forjar conciencias y regar amor, necesitaba descansar.

La dejo partir Doña Camelia, con la satisfacción de que siempre le dije cuánto la quería y la valoraba, y cuánto la admiraba, por su intacta memoria privilegiada, su increíble lucidez y su inmensa sapiencia.

Hasta luego querida Doña. Gracias por dejarme compartir las últimas horas de su vida, y por darme el privilegio de recibir la última clase de sus 78 años de servicio a la educación.

Gracias por legarnos su pasión por la justicia social, su apego a la verdad, su respeto a los principios, y su amor a la patria.

Su nombre flotará como leyenda, y su obra perdurará a través de tiempos y generaciones.

Que descanse en paz, madre, maestra, amiga.

4 comentarios:

  1. ¿De qué murió la Doña, profe?
    Isaias

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  2. Al parecer de un infarto.
    Lavinia.

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  3. Mi querida ;hay cosas que nos ponen a pensar detenidamente y las juzgamos como puras coincidencias. Se producen encuentros ,saludos ,llamadas telefonicas,pensamientos que me hacen pensar que son despedidas .
    Y como solo sembró amor ,no hubo sufrimiento por meses y años sobre una cama o en un Hospital. Dios la tiene.

    Manito

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  4. Querida Prima, soy partícipe de su sentir, al esbozar bellos y auténticos sentimientos por nuestra Distinguida y sin Igual, Doña Camelia en esta triste partida, dejando un enorme vacío difícil de llenar para poder emular la enorme riqueza de valores, virtudes y acreencias que ella poseía.

    Como su ex-alumno de cuarto y octavo grado, siempre me ha honrado con ser uno de los afortunados de sus enseñanzas, dotes pedagógicas, su gran sentido de leal amistad, consideración y respeto que siempre nos prodigó con mucha vehemencia. Paz a sus restos, esperando que el Altísimo la tenga a buen recaudo dentro de los seres escogidos por su fiel cumplimiento de la misión asignada en este Mundo.

    Con mucho aprecio y cariño,

    Cuqui

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